DIVANO

jueves, 17 de febrero de 2011

LAS HADAS


Aunque nunca haya visto alguna, se que existen!!!!





Son pequeños seres luminosos que aparecen frecuentemente en los bosques profundos, las aguas de los arroyos y los centenarios árboles. levan consigo, una varita que despide infinidad de chispas luminosas.

La palabra "hada" proviene del latín  fatum, en su forma plural fata, que significa oráculo, designando así el destino, el hado, el futuro.

En latín fata, además de oráculo, tenía otro significado, que explica mejor por qué a las hadas se les llama así. Fata era otro modo de llamar a las Parcas. Las Parcas eran divinidades del destino,  tres hermanas a las  que se representaba como hilanderas y que limitaban a su antojo la vida de los hombres. Recibían el apodo de Tria Fata, las tres Hadas (Nona, Decima y Morta). Una presidía el nacimiento, otra el matrimonio y la tercera la muerte. Las Parcas presidían los nacimientos y decidían sobre el destino del niño.
Los romanos tomaron la idea de la Tria Fata de las Moiras griegas, de las que adoptaron todas sus características. También eran tres, Cloto, Láquesis y Átropo, y velaban en un palacio cercano al Olimpo por el desarrollo de la vida de los hombres.  En un principio para los griegos todo humano tenía su moira, su parte de vida, de suerte, pero con el tiempo se convirtieron en divinidades, y fue a partir de la epopeya homérica (La Ilíada) cuando quedaron establecidas las tres como reguladoras de nuestras vida: Cloto hilaba, simbolizando el curso de nuestra existencia; Láquesis enrollaba, transcurriendo así la vida del individuo; y cuando Átropo cortaba el hilo acababa nuestra vida.
Algunas creencias populares todavía mantienen que estos seres son los más antiguos del planeta, una raza primitiva,  que nacieron antes de que se formaran las montañas o los mares. Cuando se crearon los montes, los árboles, los mares y los ríos, todos anteriores a la creación humana, las hadas se refugiaron en la naturaleza, vieron cómo ésta crecía  y en ella se quedaron.

A mí, me gusta más pensar que son las almas de los niños muertos, porque si analizamos su conducta hay muchas coincidencias entre el mundo de las hadas y el de los niños. Aunque la razón me dicta algo diferente:  se atreve a sugerirme que las hadas surgen de la necesidad del hombre por no sentirse solo, sobre todo en un mundo desconocido como es la naturaleza. La naturaleza, aunque formamos parte de ella, nos desborda y aturde. Recordemos cómo uno de los sitios preferidos de las historias de terror son los bosques, llenos de sonidos que no conocemos, sombras que se proyectan, luces y reflejos del sol distorsionados, rumor de hojas, y ante este temor el hombre crea sus propias imágenes, inventa sus habitantes y, a la vez que los teme, les pide ayuda.

Creo que no me equivoco demasiado si juzgo como primer rasgo común que las hadas son seres femeninos. Es cierto que su naturaleza no es tan estable o tangible como la del hombre, por lo que escojo el término de “espíritu femenino para designarlas. En las hadas, a diferencia de los hombres, no podemos hablar de tamaños, edades o estatura, sino de aspecto.



¿COMO SON LAS HADAS?


Una de sus características más nombradas es la capacidad que tienen de cambiar de apariencia. Normalmente suelen elegir para presentarse la apariencia humana, y es bajo esta figura cuando protagonizan las historias de amor con mortales, aunque también pueden adoptar aspecto animal o vegetal. Las mujeres del río pueden convertirse en pez o medio-pez, las selkies en focas, o Melusina en serpiente. Otras, sin embargo, prefieren las plantas, convirtiéndose en flores y árboles.

Según afirman, el cambio de apariencia les supone un notable esfuerzo, un importante consumo de energía, por lo que si adoptan el tamaño de un ser grande no lo pueden mantener mucho tiempo. Éste es el motivo de que la mayoría de las hadas, si tienen que cambiar de forma, prefieran un cuerpo pequeño. Aunque no todas tienen esta cualidad, algunas son tan pequeñas que no pueden cambiar de tamaño.

En relación con su apariencia física, independientemente de que sean grandes o pequeñas, suelen tener algunos rasgos delatores. Dicen que cuando adoptan la forma humana, siempre tienen algún rasgo exagerado o deformado que las descubre. El más conocido son sus orejas puntiagudas, como recordamos en Campanilla. Otros son sus pies, a veces de cabra; o los pechos, normalmente muy largos y colgantes; o la espalda, totalmente hueca. En la descripción de las hadas suele ser muy común la referencia a su largo cabello rubio que cumple una doble función, además de resaltar su belleza oculta este rasgo deforme. Las Aguane, por ejemplo, tienen los pies al revés, las Vile yugoslavas tienen pies de cabra, las Mujeres del Río tienen los pechos tan largos y deformes que se los echan a la espalda y los tapan con los cabellos, y de las Lamias dicen que pueden tener pies de cabra o de oca.

En muchas hadas, aunque no es un rasgo común a todas ellas, se pueden descubrir dos pares de alas en su espalda, el segundo más pequeño, que no usan para volar. Al ser seres etéreos el pensamiento les puede servir para desplazarse o volar, sin necesidad de un miembro destinado a ello. También se habla de que las suele envolver un halo luminoso. Si recordamos la versión de Disney, Campanilla siempre está rodeada de un halo luminoso, una especie de polvo dorado, que es el que permite que pueda volar. Cuando la perra Nana no puede volar, espolvorea al animal hasta que éste empieza a elevarse.

Entre sus rasgos también
poseen facultades mágicas. Pueden ayudar a los hombres, beneficiarlos, o pueden hacerles daño con sus poderes. Como veremos más adelante, una Seligen puede convertir una flecha en plastilina, si con eso consigue que un hombre no mate a un animal; una Anjana puede convertirse en fuego para escarmentar a un hombre malo, o una Rusalki puede atraer a un hombre con sus poderes para ahogarlo.




Respecto a su materia, además de cambiante, es espiritual, etérea, por lo que la mayoría de las veces son invisibles al ojo humano. Prefiero decir invisibles sólo al ojo humano porque parece ser que los animales, con los sentidos más agudos que los nuestros, como la vista, oído y olfato,  parece ser que sí notan su presencia.


Tienen la capacidad de hacerse a su antojo invisibles y visibles al ojo humano, por eso es tan difícil verlas. En un bosque, por ejemplo, puede ser que veamos una dríade, un ser con apariencia de mujer y de pronto desaparece esa imagen y sólo escuchamos el rumor de unas hojas, y nuestra razón se encarga de informarnos de que era el viento. Pero no, puede ser que no nos hubiéramos equivocado, y en realidad fuera una dríade que se volvió invisible y sólo nos quedó el rumor de  las hojas. Es comprensible que muchas personas no crean en las hadas, porque son cambiantes, casi invisibles, y juegan con nosotros. Algunos mortales tienen capacidad para verlas: los nacidos en domingo, aquéllos con sensibilidad especial y los poseedores de un talismán élfico. Y, sin duda, también es más fácil verlas si crees en ellas, porque si no tu razón tratará de buscar una explicación convincente.


Entre otras facultades conocen los poderes de las plantas, hablan con los animales, pueden trabajar más rápido que los hombres sin esfuerzo y, muchas veces, usan sus tremendos poderes para hacer que los hombres se obsesionen con ellas hasta la muerte